Introducción

Uno de los principales problemas de las personas que buscan mejorar su salud, es que no encuentran la motivación para hacerlo. Sienten pereza o desgano.

Esto en mi opinión, no es tan grave como lo parece; es nuestro cerebro reptiliano intentando cuidarnos buscando conservar energía para sobrevivir.

Evolutivamente hablando, las calorías escaseaban por allá hace 300.000 años, nuestros ancestros no tenían refrigerador, supermercados ni mucho menos delivery (calorías fáciles), por tanto acumular energía en forma de grasa era una estrategia muy eficiente para garantizar algunos días más de vida, sobretodo para nuestro voraz cerebro; con el tiempo (vaya que tuvimos) esto se grabo a fuego, acumular grasa era sinónimo de más probabilidad de supervivencia.

¿Quién imaginaría a nuestro ancestro homosapiens saliendo del Auto-Mc con su pedido de Big Mc Doble?

Muchas personas me han comentado que tengo una motivación admirable, pero les confieso que no hay nada más alejado de la realidad, la verdad soy perezoso.

Es cierto, en este artículo te contaré las estrategias que uso para motivarme.

Definiendo la palabra motivación

Hablando un pocos sobre la palabra motivación según la etimología de la palabra, proviene del latín motivus (movimiento) y el sufijo -ción (acción y efecto), lo que literalmente traduce acción o efecto del movimiento.

Visto de esta manera la motivación proviene de una acción (de un acto), no aparece por obra y gracia de la providencia, no te es concedida por el universo mágicamente; debes procurarla. Esta palabra, desde mi humilde perspectiva está estigmatizada y no me malinterpretes, no quiero decir que es un sacrilegio hablar de ella sino que tiene el tilde de ser un recurso escaso y no renovable. Creo que es un error.

Ahora bien para clarificar mi afirmación te comentaré sobre los tipos de personalidades de acuerdo a las fuentes de motivación, extraído del libro “La sorprendente verdad acerca de los que nos motiva” del autor Daniel Pink.

Simplificando existen dos tipos de personas, las extrínsecamente motivadas y las intrínsecamente motivadas, convengamos que a pesar de ello en mayor o menor medida somos ambas con tendencia hacia una.

Las personas extrínsecamente motivadas buscan gratificaciones externas y en mayor medida dependen de situaciones o anclajes externos. Son dependientes.

Por el contrario,

Las personas intrínsecamente motivadas se gratifican desde su interior y en mayor medida generan sus propias situaciones y utilizan anclajes internos. Son autónomos.

Lo maravilloso es que no son características innatas, se pueden trabajar con diferentes técnicas.

En otras palabras tenemos a disposición recursos internos y externos para lograr el nivel de motivación suficiente para hacer eso que tanto nos cuesta, en nuestro caso: entrenar o hacer actividad física. Pero lógicamente sirve para cualquier meta que te propongas.

«Los 7 hábitos de las personas extraordinariamente saludables»

Te ayudo a alcanzar la salud que siempre has soñado

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Las 7 estrategias para conseguir la motivación para entrenar.

Entonces, veamos las estrategias que recomiendo (y he usado) para motivarme a mi mismo y por supuesto también sugiero a mis clientes; además son las mismas que han hecho que muchos me reconozcan con una motivación admirable (para aquellos que sean extrínsecamente motivados 😜).

1. No encuentras la motivación hazlo sin ella.

He comprobado que luego de iniciar la actividad física (sin motivación) experimento cambios fisiológicos que desencadenan una reacción en mi cerebro (dopamina), generando gratificación.

Solo toma unos minutos, comienza sin motivación, y en 2 o 3 minutos empezará a cambiar tu estado de ánimo.

A la larga, esta conducta contribuirá a mejorar tu grado de motivación entrando en un círculo virtuoso.

2. Apalancate en una tribu o compañero de entrenamiento.

Las tribus tienen sus códigos propios, rituales y formas de inteligencia colectiva, apoyate en ello para conseguir o generar esa motivación que buscas.

Intencionalmente acuerda con tu tribu o con un compañero una estrategia para apoyarse mutuamente en esos momentos en que no tienes suficiente combustible anímico.

Se recíproco, cuando tengas esos días de desborde de motivación (cada vez más si sigues estos consejos) entregala a quién más la necesita. Será gratificante y generarán más dopamina.

3. Encuentra tu ritual energizante.

No todos los días son iguales, nuestro estado de ánimo es distinto cada vez; una técnica que he utilizado por años es un ritual energizante.

Mi ritual energizante es tiene los siguientes ingredientes:

  • Escucho una de mis piezas musicales preferidas (la que me conectan con la acción) a un nivel de volumen medio alto, para mi Soda Stereo La Ciudad de la Furia, entre otras;
  • Echo agua fría en mi cara, refresco mi cara y mi cabeza en el sanitario por un par de minutos; creeme no es lo mismo con agua caliente;
  • Me abofeteo (no te desquites contigo mismo) mi cara varia veces, no es broma, pensaras que estoy loco, pero me sirve. Esos pequeños golpecitos me conectan con la motivación (me despiertan).
  • Doy pequeños saltos (similar a saltar la cuerda), pero con efusividad y en cada salto suelto mi cuerpo relajando las extremidades. De vez en cuando exhalo haciendo ruidos que pueden ser perturbadores.
  • Me hablo a mis mismo, me digo: ¡vamos que vamos! tengo un lenguaje positivo conmigo mismo, ¡si se puede! ¡vamos!

Fijate qué prácticamente uso todos mis sentidos, estoy bombardeando mi cerebro con estímulos diversos para cambiar el estado de ánimo segregando neurotransmisores, estimulando las redes neuronales y creando nuevas conexiones sinápticas.

4. Usa la técnica de catastrofizar (peor escenario).

Es usada en terapias psicológica conductuales, trata de plantearte el peor escenario, por ejemplo: si no hago actividad física moriré y no estaré para mis hijos.

Viéndolo desde ese punto de vista agregas a tu diálogo mental perspectiva pesimista que puede traducirse en generar en tí esa acción de la que buscas. Ese elemento inductor, al catastrofizar, puedes encontrar ese ánimo que buscas.

Sinceramente esta la uso muy poco hoy en día. Sabes que soy un optimista.

5. Contemplación del sabio.

Según la filosofía estoica intentar ver tu situación a través de los ojos de alguien que admiras ¿Cómo reaccionaría? ¿Qué diría? ¿Cómo lo gestionaría? Puede que sirva o no, sin embargo el ejercicio te ofrecerá una perspectiva distinta.

Tambien, cuestionarte a ti mismo, según esta perspectiva, si deseas conseguir la identidad de un atleta (su principal oficio es entrenar para estar al nivel de competencia), preguntaté: ¿Qué haría un atleta ante esta situación? ¿Cómo se desempeñaría?

Estoy seguro que lo tienes, la identidad en la que te convertirás tiene con conductas claramente visibles.

6. Hazte la pregunta ¿Este acto me acerca a mi objetivo?

Tomar 5 minutos de reflexión y pregúntate ¿Este acto o comportamiento me acerca a mi objetivo? o ¿Este comportamiento me aleja de mi objetivo? respondiendo a ella puede hacerte cambiar de mentalidad.

7. Empoderate a través de frases de acción (empoderadoras).

“Simplemente hazlo” (just do it) ¿les resuena? es el slogan de una exitosa campaña publicitaria de Nike, para nada es una causalidad. Sin saber absolutamente nada de lenguaje positivo, esa frase me atrapó en aquel momento.

Cada quien tendrá su frase y sus palabras que te insuflen poder, energía, quizás signifique algo para ti y para más nadie, a ellas me refiero. Aquí algunas más:

  • 5, 4, 3, 2 y 1, ahora!
  • Actúa ya mismo.
  • Simplemente empieza.
  • Da el primer paso ahora.
  • Vamos, sí se puede.
  • Vamos que vamos (la mía y la de mi tribu)

Cómo viste, la motivación se trabaja, construye, se activa, se adquiere con la práctica tanto partiendo de recursos externos como de los internos de acuerdo a tu personalidad.

Resumen.

No es casualidad, que nos cueste esfuerzo conseguir la motivación, vimos cómo nuestro cerebro reptiliano intenta cuidarnos buscando conservar energía para sobrevivir.

La palabra motivación desde su etimología y literalmente se traduce en movimiento para la acción, también revisamos la clasificación según su el lugar donde se busca la gratificación, las extrínsecamente motivadas (externas) y las intrínsecamente motivadas (internas).

Revisamos las 7 estrategias para conseguir la motivación para entrenar: hazlo sin motivación, busca una tribu, encuentra tu ritual, catrastofiza, contemplación del sabio, pregúntate ¿Este acto me acerca a mi objetivo? y empoderate a través de fases de acción.

¿Tienes una estrategia diferente? Comentame.

Ahora: 5, 4, 3, 2 y 1, a entrenar 🏃

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